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lunes, 25 de febrero de 2013

Octava victoria sin recibir un gol y nuevo récord!

Este partido lo habría perdido el Atlético de siempre, aquel equipo dubitativo de hace años, ese grupo de jugadores cabizbajos, inseguros, aplastados por la sombra de los últimos tiempos. Pero esta vez no. Esta vez el Atlético demostró al mundo, y a sí mismo, que la roca de la que le ha investido Simeone es dura y firme cual granito. Dominó con entereza y confianza al Español durante el primer tiempo y aguantó con solidez y mucha solidaridad cuando la excesiva dureza del árbitro con Gabi le dejó con diez.


Tiago y Verdú disputan el balón durante el Atlético-EspanyolEs difícil de doblegar el Atlético en casa. Lleva 13 triunfos de 13 partidos y lleva ocho partidos sin recibir un gol en el Calderón. ¿Cómo lo hace? No es solo que la afición le lleve en volandas, que le lleva, es que salen en todos los partidos con una agresividad e intensidad que acogota a los rivales que pisan su sagrada casa.
El Español, que ha mejorado mucho con la llegada de Aguirre, no pudo ser el mismo de las últimas jornadas porque el Atlético se le echó encima desde el primer minuto bajo el mando de dos de sus hombres: Diego Costa por el centro y Filipe por la banda zurda. Entre los dos contagiaron al equipo de una viveza, presión y control del choque que se llevó por delante a un tímido rival.
El Español no salió, acogotado por la fiereza de Diego Costa, que está hecho de una pasta especial. En un continuo estado de gracia, Costa alborotó a todo la zaga rival apareciendo por todos lados con una velocidad y potencia descomunal. Cuando se juntaba con Filipe por el costazo zurdo el Español se desangraba en un torrente interminable. La razón por la que el partido no se acabó en esos 45 minutos de derroche rojiblanco fue porque Falcao aún no está. Está un segundo por debajo de ese poder de reacción que le hace adelantarse a las defensas para clavar las oportunidades que se le presentan. Y aún así, sigue marcando goles.
Pero esta vez el que tiró del carro fue Costa, pero también Filipe, que entró como un cuchillo por su lado. Tanta presión acabó con un penalti indiscutible sobre Diego Costa, corto premio para los muchos méritos que había hecho el equipo de Simeone.
El partido iba camino de convertirse en un festival del Atlético cuando Gabi cometió una imprudencia. Dejó la rodilla en una jugada intrascendente y la severidad del árbitro le mandó a la ducha al borde justo del descanso. Una jugada absurda.
Aún así, y durante muchos minutos de la segunda mitad, el que pareció que jugaba con once y perdiendo era el Atlético, mientras que el Español era lo contrario, parecía que estaba en casa, ganando y con diez pues casi todo fue de los rojiblancos, con el fuelle suficiente para seguir disponiendo de las mejores ocasiones de gol.

 Aguante rojiblanco

En el Español, que pareció un equipo timorato, todo se perdió porque no fue capaz de encontrar a Verdú en la salida a la contra. Si Verdú, uno de los violínes que tiene el equipo catalán, no entra en contacto con el balón Sergio García, que es un estilete, no aparece y así el equipo se queda romo, solo fiado a la solidez de Casilla (un muy buen portero) y los suyos. Y en esta ocasión, eso no bastó en absoluto.
Cuando la inferioridad numérica hizo presa en los pulmones rojiblancos la noche se apagaba ya para los periquitos, acuciados por el tiempo y por la solidez defensiva del Atlético, que hizo valer la firmeza de su dúo central y apenas concedió ocasiones, apretando los dientes todos, solidarios, fuertes atrás, sin dejar huecos y con un sacrificio enorme en todos.
Incluso en ese tramo final se percibió un Atlético poderoso, seguro de sí mismo, aguantando muy entero los zarpazos, ya desesperados, de un Español al que casi nunca se le vio enjundia para hacer daño a un rival que, ahora sí, tiene tintes gigantescos.
  

Ficha del partido

Atlético de Madrid: Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe; Arda (Cristian Rodríguez, m. 80), Tiago, Gabi, Koke (Mario Suárez, m. 68); Diego Costa (Raúl García, m. 86) y Falcao.
Español: Casilla; Javi López, Colotto, Héctor Moreno, Capdevila; Víctor Sánchez, Forlín (Longo, m. 49); Simao (Petrov, m. 65), Verdú, Stuani; y Sergio García.
Gol: 1-0, m. 37: Falcao, de penalti.
Árbitro: Clos Gómez (C. Aragonés). Expulsó por doble amarilla a Gabi (m. 33 y 47+). Amonestó a los locales Tiago (m. 33) y Arda Turan (m. 55) y a los visitantes Forlín (m. 5), Kiko Casilla (m. 13), Stuani (m. 34), Héctor Moreno (m. 36), Colotto (m. 57), Longo (m. 78) y Víctor Sánchez (m. 90).
Incidencias: partido correspondiente a la vigésima quinta jornada de la Liga BBVA, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 40.000 espectadores.

martes, 19 de febrero de 2013

Se acabó la mala racha


Atlético de Madrid volvió a ganar de visitante tres meses después (su última victoria fuera de casa data el 18 de noviembre) y en el campo del Real Valladolid (0-3), al que maniató con su intensidad en la mitad de cancha y doblegó con la pegada de Falcao, Diego Costa y Cristian Rodríguez.
El Atlético de Madrid acudía a Zorrilla urgido por su mala racha de visitante y el tropiezo que recibió el pasado jueves en la Europa League ante el Rubin Kazan (0-2). Necesitaba darse un baño de energía positiva y, por ello, el técnico rojiblanco, Diego Pablo Simeone, apenas rotó y dispuso casi toda su artillería pesada.
Entretanto, el Real Valladolid se vio obligado a recomponer de nuevo su defensa por la sanción de Sereno. El encargado de suplirlo fue el lateral izquierdo Peña, quien no tuvo uno de sus días más acertados en una posición poco habitual para él.
En los primeros compases del partido, fue el conjunto vallisoletano el que dispuso de la primera ocasión. Óscar tomó un rechazo dentro del área atlética y Courtois tocó levemente su blando disparo hacia el saque de esquina.
Sin embargo, el Atlético de Madrid fue embotellando poco a poco al equipo de Miroslav Djukic, incapaz de retener y construir en el medio del campo. Fruto de una de esas pérdidas en esta zona, Falcao probó su disparo y Dani Hernández envolvió el esférico sin problemas y a ras de hierba.
Nada pudo hacer el guardameta en la siguiente ocasión del choque. Un balón centrado por Gabi después de una falta de Omar lo remató con el pie Godín ante la pasividad de la zaga blanquivioleta. Dani Hernández sacó una gran mano, pero el balón cayó en los pies de Falcao y sobre la línea de gol. Imposible perdonar. Aún menos el colombiano, quien anotó el 0-1.

Apenas habían transcurrido los 10 primeros minutos y el Atlético, con un empaque netamente superior, ya mandaba en el electrónico ante un Real Valladolid demasiado intimidado. Nervioso y carente de continuidad en su juego.
Mientras tanto Falcao bajaba con criterio cualquier balón que le llegaba para servir a Diego Costa en carrera, quien, en los compases siguientes, tuvo un par de inquietantes internadas. Una de ellas acabó en un disparo que golpeó el lateral de la red.
Con el paso de los minutos, el conjunto visitante disminuyó su presión en la medular, lo que propició que el Real Valladolid se desabrochase el corsé y medrase metros con el balón conducido. El Atlético se lo permitía hasta los últimos 30, donde se mostraba impermeable para los de Djukic, demasiado planos.
Buscaba raudos contragolpes o macerar sus posesiones cuando estos no podían armarse. En uno de ellos, Gabi envió por encima de la defensa hacia el desmarque de Diego Costa. Su flojo disparo se estrelló en Dani Hernández, quien estuvo vivo para evitar que el rechace le llegase a Falcao.
Última ocasión clara de una primera parte en la que el medio del campo del Atlético de Madrid asfixió la elaboración blanquivioleta, dejándola sin ideas y cualquier tipo de conexión con los hombres más adelantados. De este modo, los rojiblancos se aprovecharon de las pérdidas vallisoletanas para hacer valer su superioridad técnica con soltura en los últimos metros.En la reanudación, el equipo local comenzó más desatado pero su única vía ofensiva residía en los balones en largo fáciles para la defensa rojiblanca a no ser que asomase la confusión, como cuando Courtois no acertó a despejar ante el incordio de Larsson. El esférico no fue bien rechazado por la defensa y cayó en las botas del sueco, cuyo mal disparo fue finalmente repelido bajo palos.
A renglón seguido, el Atlético apuntilló al Real Valladolid. Falcao cabeceó al interior del área un balón de Arda Turán adonde avanzaba Diego Costa libre de marca. El brasileño no se lo pensó y cruzó el balón ante la estéril medio salida de Dani Hernández (2-0, min. 53).
El Real Valladolid estaba descompuesto y perseguía sombras mientras el Atlético de Madrid jugaba a controlar el partido sin pisar el acelerador.
Manucho, que había entrado en sustitución de Javi Guerra, era un islote que se las deseaba para "rascar" bola, dado que el Valladolid no conseguía hilvanar cualquier atisbo de jugada y el Atlético contemporizaba cada vez que podía.
De este modo, y pese a que el bloque vallisoletano intentó dominar a su contrincante y generar peligro en los instantes finales, el Atlético de Madrid puso el 0-3 definitivo merced a un error de Rukavina del que se sirvió Cristián "Cebolla" Rodríguez para fusilar a Dani Hernández por el palo corto, en el minuto 89. Tanto que cerró el envite en el que el Real Valladolid pagó los platos rotos últimamente por los de los de Simeone.